Viviendo con diabetes
Uso de bloqueador solar con diabetes tipo 2
¿Qué protector solar te conviene? Descubre cómo seleccionar el indicado para ti
El sol es una fuente de vida, pero también puede ser un enemigo para nuestra piel si no tomamos las precauciones adecuadas.
La exposición excesiva o sin protección a los rayos ultravioleta (UV) puede causar quemaduras, manchas, arrugas y cáncer de piel, entre otros problemas. Por eso, es fundamental usar un protector solar adecuado para cada tipo de piel y situación.
Si vives con diabetes tipo 2, el uso de protector solar es especialmente importante, ya que tu piel puede ser más vulnerable a los daños causados por el sol.
Por ejemplo, esta condición puede afectar la circulación sanguínea y la capacidad de cicatrización de la piel. También puede alterar la producción de colágeno y elastina, las proteínas que mantienen la firmeza y la elasticidad de la piel.
Pero, ¿cómo elegir el protector solar correcto? ¿Qué factores debes tener en cuenta? En este artículo te daremos las respuestas a estas preguntas y te daremos algunos consejos para cuidar tu piel del sol.
Importancia del protector solar
El sol emite diferentes tipos de radiación, entre los que se encuentran los rayos UV. Estos rayos pueden penetrar en la piel y dañar el ADN de las células, lo que puede provocar mutaciones que originen cánceres de piel. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se diagnostican unos 3 millones de casos de cáncer de piel no melanoma y 132,000 casos de melanoma, el tipo más grave.
El uso de protector solar es una medida preventiva que ayuda a reducir el riesgo de cáncer de piel al bloquear o absorber parte de los rayos UV que llegan a la piel. Según un estudio realizado en Australia, el uso diario de protector solar con un FPS de 16 redujo en un 50% la incidencia de melanoma y en un 40% la de carcinoma de células escamosas, otro tipo común de cáncer de piel.
Además, el protector solar también previene otros efectos nocivos del sol sobre la piel, como el envejecimiento prematuro, las manchas, las arrugas, la pérdida de elasticidad y la inflamación. Por lo tanto, usar protector solar no solo es una cuestión estética, sino también de salud.
¿Cómo escoger el protector solar correcto?
A la hora de elegir un protector solar, debes tener en cuenta varios factores que influyen en tu nivel de exposición al sol y en tu sensibilidad a los rayos UV. Algunos de estos factores son:
Tipo y color de tu piel: Las pieles claras son más sensibles al sol que las oscuras, por lo que necesitan una mayor protección. También influye el color del cabello y de los ojos: las personas con cabello rubio o pelirrojo y ojos claros suelen tener una piel más delicada.
Zona geográfica y la estación del año: La intensidad del sol varía según la latitud, la altitud y la época del año. A mayor latitud o altitud, mayor radiación UV. Asimismo, el verano es la estación más peligrosa para la piel, aunque no hay que descuidarse en invierno, especialmente si se practican deportes de nieve.
Horario y la duración de la exposición: El sol es más fuerte entre las 10:00 y las 16:00 horas, por lo que se recomienda evitar la exposición directa durante ese periodo o usar una protección muy alta. También hay que tener en cuenta el tiempo que se va a estar al sol: cuanto más largo sea, mayor debe ser el FPS.
Condiciones climáticas y ambientales: La nubosidad no impide el paso de los rayos UV, por lo que hay que protegerse incluso en días nublados. Además, hay que tener cuidado con los elementos que reflejan el sol, como el agua, la arena o la nieve, ya que pueden aumentar la exposición hasta un 80%.
Actividades que se realizan al sol: Si se practican deportes acuáticos o se suda mucho, se debe usar un protector solar resistente al agua o al sudor, y aplicarlo con frecuencia. También se debe elegir un producto adecuado para cada zona del cuerpo: por ejemplo, para la cara se puede usar una crema específica que no irrite los ojos ni obstruya los poros.
Tipos de protectores solares
Existen diferentes tipos de protectores solares según su composición, su forma de actuar y su presentación.
Según su composición
Protectores solares físicos o minerales: Contienen partículas como el óxido de zinc o el dióxido de titanio, que actúan como un escudo que refleja o dispersa los rayos UV antes de que lleguen a la piel. Son los más recomendados para pieles sensibles, alérgicas o con problemas dermatológicos, ya que no irritan ni penetran en la piel.
Un punto a su favor es que son respetuosos con el medio ambiente, ya que no contaminan los océanos ni dañan los arrecifes de coral.
Protectores solares químicos u orgánicos: Suelen incluir sustancias como la avobenzona o el octinoxato, que actúan como una esponja que absorbe los rayos UV y los transforma en calor antes de que dañen la piel. Son los más usados por su facilidad de aplicación y su acabado invisible y ligero. Además, ofrecen una protección más amplia y duradera contra los rayos UVA y UVB.
Mixtos o híbridos: Combinan filtros físicos y químicos para obtener lo mejor de ambos tipos con el fin de ofrecer una protección alta y estable contra los rayos UV, sin dejar rastro blanco ni causar irritación en la piel. Son una buena opción para pieles normales o mixtas que buscan un equilibrio entre eficacia y estética.
Según su forma de actuar
Clásicos o convencionales: Aquellos que se limitan a bloquear o absorber los rayos UV para evitar que dañen la piel. Son los más comunes y económicos, pero también suelen ser los menos innovadores. Su principal función es prevenir las quemaduras solares y el cáncer de piel, pero no aportan otros beneficios adicionales a la piel.
Inteligentes o adaptativos: Además de proteger la piel del sol, tienen otras propiedades que mejoran su aspecto y su salud. Por ejemplo, algunos contienen antioxidantes que previenen el envejecimiento prematuro de la piel, otros contienen activos hidratantes o reparadores que nutren y regeneran la piel, otros contienen pigmentos que aportan color y luminosidad a la piel, etc.
Son los más novedosos y sofisticados, pero también suelen ser los más caros, pues su principal función es mejorar la calidad y la belleza de la piel mientras la protegen del sol.
Cómo interpretar el factor de protección solar (FPS)
El factor de protección solar (FPS) es el indicador más importante a la hora de elegir un protector solar, ya que mide el nivel de protección que ofrece contra los rayos UVB, los responsables de las quemaduras solares.
El FPS indica el tiempo que puedes estar al sol sin quemarte con respecto al tiempo que tardarías sin protección. Por ejemplo, si tu piel tarda 10 minutos en quemarse sin protección, con un FPS de 15 tardaría 150 minutos (10 x 15).
Sin embargo, el FPS no es suficiente para garantizar una protección completa contra el sol, ya que no mide la protección contra los rayos UVA, los responsables del envejecimiento prematuro de la piel y del cáncer de piel. Por eso, es importante elegir un protector solar que tenga también el sello UVA o el símbolo PA (Protection Grade of UVA), que indican el nivel de protección contra estos rayos.
En resumen…
El protector solar es tu mejor aliado para cuidar tu piel del sol y prevenir el cáncer de piel y otros problemas. Pero no basta con usarlo, hay que saber elegirlo y aplicarlo correctamente. Con estos consejos, podrás disfrutar del sol sin riesgos y lucir una piel sana y bonita. ¡No te olvides de tu protector solar!
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