Viviendo con diabetes
¿Por qué las personas con diabetes tipo 2 sufren infecciones urinarias recurrentes?
Las infecciones urinarias se originan cuando bacterias u otros gérmenes entran en contacto con el sistema urinario. Normalmente nuestro sistema inmunológico se encarga de eliminar esas amenazas antes de que puedan multiplicarse y producir un problema de salud, pero para alguien con diabetes el proceso es un poco distinto por algunos factores.
Las personas que viven con diabetes suelen tener un sistema inmune comprometido ya que la cantidad de glóbulos blancos en su torrente sanguíneo son menores, lo cual complica que estos puedan combatir hongos, gérmenes o bacterias eficientemente. La neuropatía diabética también puede ser un factor de riesgo, debido a que el daño neurológico impide una comunicación efectiva entre el cerebro y los músculos encargados de controlar la vejiga.
Estas insuficiencias hacen que las personas con diabetes sean más propensas a presentar infecciones urinarias con mayor frecuencia que el resto de la población. A continuación hablaremos sobre las complicaciones urinarias más frecuentes entre quienes viven con diabetes.
Infecciones en vías urinarias
Las infecciones en las vías urinarias pueden llegar a afectar la uretra, vejiga o riñones. A pesar de que estos padecimientos son comunes entre la población en general, distintos estudios han comprobado que estas son más severas y presentan más complicaciones en personas con diabetes tipo 2. Entre los síntomas de estas infecciones se encuentran:
- Dolor al orinar.
- Micción frecuente.
- Si existe daño en los riñones: Náuseas, dolor de espalda y fiebre..
En estos casos la neuropatía diabética puede jugar un papel muy importante. Puesto que, la vejiga podría no estar recibiendo correctamente las señales nerviosas que le envía el cerebro. Esta falta de comunicación no permite que la orina se evacúe apropiadamente, causando una acumulación de líquido que finalmente se convierte en infección. De igual manera, si los niveles de azúcar están muy elevados, se propicia que el ambiente donde se almacena la orina sea apto para la conservación y reproducción de gérmenes y bacterias.
Vejiga neurógena
Vaciar la vejiga requiere coordinación entre músculos y señales nerviosas. Normalmente, estos mensajes nos ayudan a determinar cuándo es el momento para vaciar la vejiga. En caso de que exista daño neurológico estos mensajes no podrán transmitirse de manera eficiente, llegando a afectar el funcionamiento del sistema urinario. Esta condición fluctúa entre dos extremos: retención urinaria e incontinencia. En ocasiones es probable que la vejiga neurógena también se presente como un trastorno mixto.
Existen distintas condiciones y enfermedades que conllevan esta afección y todas están ligadas a fallas en el sistema nervioso. Para las personas que viven con diabetes, los niveles elevados de glucosa y la neuropatía diabética, pueden ser los causantes de la aparición y el desarrollo de este padecimiento.
Nefropatía diabética
La nefropatía diabética es una complicación grave ligada directamente a la diabetes. También se le conoce como enfermedad renal diabética y se estima que una de cada 3 personas con diabetes la padece. Esta afección limita la capacidad de los riñones al realizar su trabajo habitual, que consiste en eliminar desechos y exceso de líquido del cuerpo.
Esta enfermedad avanza lentamente y daña lentamente el sistema de filtración de los riñones. Lamentablemente, los síntomas son perceptibles hasta que la condición está bastante avanzada. Para prevenir que el avance de la nefropatía diabética llegue al grado de causar fallo renal, es recomendable que las personas que viven con diabetes, constantemente se sometan a análisis para su detección temprana.
Métodos de prevención
Como en la mayoría de los casos, la mejor manera de prevenir afecciones es manteniendo los niveles de glucosa dentro de un margen saludable. Cambios en el estilo de vida, como mejorar la alimentación e implementar rutinas de ejercicio también pueden prevenir infecciones urinarias recurrentes. Sin embargo, en caso de presentar alguna complicación existen distintos tratamientos médicos, principalmente antibióticos, que alivian las molestias y terminan con la infección. Recuerda que siempre es necesario visitar a un especialista para recibir un diagnóstico acertado y un tratamiento adecuado.
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