Manejo de diabetes
Cómo llevar un diario para mejorar el control de tus comidas
Llevar un diario es una herramienta que ha sido recomendada por especialistas de la salud mental por sus múltiples beneficios a lo largo de los años. Plasmar los sentimientos e ideas en papel ayuda a mantener nuestros pensamientos en orden. Además, escribir sobre nuestro día y la manera en la que nos hacen sentir determinadas situaciones, permite conocernos mejor y en consecuencia nos ayuda a enfrentarnos mejor a los desafíos que enfrentamos en nuestro día a día.
Empezar un diario alimentario no quiere decir que seguirás un riguroso régimen en donde controlarás absolutamente todo lo que ingieres. Llevar un registro de lo que comes tiene como objetivo concientizar sobre nuestros hábitos alimenticios y al mismo tiempo mejorar la relación que tenemos con la comida. Revisar esos dos aspectos permitirá que a largo plazo podamos mejorar nuestros hábitos alimenticios y vivir una vida más saludable.
En este artículo hablaremos sobre los beneficios que puede traer a tu vida tener un diario de comida. Igualmente te daremos algunos consejos para hacer que este hábito sea más sencillo de seguir.
¿Qué beneficios tiene un diario de comida?
Como lo mencionamos anteriormente, la escritura permite hacernos conscientes de cosas que normalmente pasan desapercibidas en nuestras vidas. Crear conciencia de los patrones que seguimos nos da la oportunidad de comprender muchas cosas. Empezar el hábito del diario alimentario no solamente resultará beneficioso para uno mismo, sino también para los especialistas de la salud que nos atienden.
Por ejemplo, es común que algunos médicos constantemente pidan a sus pacientes información sobre su alimentación, si este es tu caso, podrías contestar esa pregunta con facilidad gracias a tu diario.
Para las personas que viven con diabetes, esta actividad puede resultar extremadamente beneficiosa. Incluso podrías incluir tus niveles de glucosa en tus registros de alimentos. Empalmar estos datos podría ayudarte a identificar si existen algunos alimentos que alteren significativamente tus niveles de azúcar en la sangre.
Otro de los beneficios de un diario de comida es poder identificar sensibilidad a ciertos alimentos. Por ejemplo, si consumes alguna fruta o verdura con regularidad y para ti es “normal” sentirte inflamado o con incomodidad estomacal, podrías notar que los días en que no consumes ese alimento no te sientes así. Una situación así aparentemente no podría pasar desapercibida, pero es normal que por el trabajo y las responsabilidades diarias no prestemos tanta atención a estos detalles.
Ahora que sabes cómo puede ayudarte un diario alimentario, te explicaremos la manera en la que puedes empezar a trabajar en tus registros.
¿Por dónde empezar?
En primer lugar, escribir no tiene que sentirse como una carga ni debería quitarte mucho tiempo. Puedes empezar tu diario contestando 3 sencillas preguntas: ¿Qué estás comiendo? ¿cuánto estás comiendo? Y ¿cuándo estás comiendo? Responder esto te facilitará empezar a registrar.
Una vez que ya te sientas más familiarizado con el hábito, podrías añadirle datos a tu registro. Tu estado de ánimo mientras comes, con quién estás e incluso en dónde estás, también pueden ayudarte a comprender mejor tu comportamiento.
Te recomendamos que al finalizar cada semana observes lo que escribiste y te hagas preguntas como:
- ¿Qué tan saludable considero que es mi dieta?
- ¿Mi estado de ánimo está afectando mis hábitos alimenticios?
- ¿Qué puedo cambiar para mejorar mis hábitos alimenticios?
- ¿Cuáles son mis objetivos a corto y largo plazo en cuanto a alimentación? ¿Qué debo cambiar para lograrlos?
Cuestionarte periódicamente permitirá que no pierdas de vista tus objetivos y en caso de ser necesario, los modifiques. Recuerda que no tiene que ser un ejercicio frustrante, pues la idea es mejorar tu calidad de vida.
Tips para un seguimiento efectivo
Al principio mantener el registro puede parecer una tarea complicada, especialmente porque los hábitos toman tiempo para integrarse 100% a una rutina diaria. Para que el proceso de adaptación te sea más sencillo te recomendamos intentar lo siguiente:
- Registra sobre la marcha: No dejes tu registro para el final del día porque es posible que puedas olvidar algunos detalles. Además, confiar solamente en tu memoria podría hacer que los datos sean menos precisos (por ejemplo, el tamaño de porciones).
- Escribe todos los detalles: Mientras más específico seas es mejor. Por ejemplo, si consumiste alguna proteína pero la condimentaste con pimienta o alguna otra especie, escribe qué fue lo que usaste. Recuerda que hasta las cosas más pequeñas pueden causar un impacto significativo en tu cuerpo.
- Incluye las bebidas: Ya sea agua natural, de sabor, café, té, algún refresco o incluso alguna bebida que contenga alcohol. Incluir estos datos es importante, pues permiten hacer un mejor y más amplio análisis de cómo funciona tu metabolismo.
Existen distintas aplicaciones para tu smartphone que pueden ayudar a mantener tu registro actualizado e incluso recordarte que debes anotar la información. Pero si lo que te gusta es lo clásico, procura llevar contigo una pluma y un cuaderno pequeño para poder escribir tus registros cuando sea necesario hacerlo.
Es importante aclarar que el diario no debe ser algo permanente. Una vez que identifiques una mejora en tus hábitos y hayas logrado mantenerte estable, posiblemente sea la hora de decirle adiós a tu cuaderno.
¡A escribir!
Esperamos que esta herramienta te resulte útil, pues sabemos que cuando se vive con diabetes la disciplina y el monitoreo son sumamente importantes.
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